Reforma Piso en Vivienda Unifamiliar Colectiva
Majadahonda (Madrid
Marzo 2011
150 m2
Particular
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Construido
“…(Buenos Aires) Será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una ráfaga se palpa el polvo en los mármoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de macramé; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, un momento después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos.”
CORTÁZAR, Julio, Bestiario, Santillana, Madrid, 1951
El encargo, reducido al ámbito interior, de la reforma de un piso en el centro de Majadahonda se centra en la eliminación de lo accesorio. Suelos, paredes y techos se tratan como los lienzos magullados y agotados de una casa muy vivida, muy vivida por otros.
Hacerla propia será, por tanto, un ejercicio de reducción, de limpieza y re_decoro (según la RAE y en su acepción arquitectónica, como la parte de la misma que enseña a dar a los edificios el aspecto y propiedad que les corresponde según sus destinos respectivos).
Un material de suelo, el parquet industrial de Guatambú unifica el plano horizontal inferior, las puertas macizas de DM lacadas en blanco y el alisado de las paredes con la pintura plástica blanca hacen de pátina homogeneizadora. El espacio apenas se modifica, únicamente se abren 3 huecos, el primero en el pasillo central de la vivienda para acoger el almacenaje (escaso en el estado previo), el segundo para sumar dos habitaciones de tamaño convencional y convertirlas en una gran sala de juego para las hijas pequeñas. El tercer espacio tratado arquitectónicamente es el despacho, que se abre al área pública de la casa para poder conducir el Sur hasta el salón. Abrir el salón al sol. La puerta del despacho es una gran (1,22 metros, el ancho de un tablero estándar) espita corredera de madera de OSB con el mismo carácter y calidez cromática que el omnipresente guatambú. Un solo espacio fragmentado por la luz.